Los cigarrillos electrónicos llevan a que los adolescentes y adultos jóvenes fumen ‘de verdad’, según una revisión
Los adolescentes y los adultos jóvenes que usan cigarrillos electrónicos (lo que también se llama “vapear”) son casi 4 veces más propensos que sus contrapartes que no vapean a empezar a fumar cigarrillos tradicionales, sugiere una nueva revisión.
“El uso de cigarrillos electrónicos aumenta el riesgo de fumar cigarrillos después, incluso para los adolescentes y los adultos jóvenes que no tengan el riesgo más alto de fumar”, dijo el autor principal del estudio, Samir Soneji.
“Este aumento del riesgo podría contrarrestar todos los esfuerzos exitosos para el control del tabaco que han producido una reducción continua del tabaquismo desde 1998”, dijo.
Soneji es profesor asistente en el Instituto de Políticas de la Salud y la Práctica Clínica de la Universidad de Dartmouth en Lebanon, New Hampshire.
Los cigarrillos electrónicos, que funcionan con baterías, administran nicotina a través del vapor, en lugar del humo. Su efecto sobre la salud pública sigue siendo objeto de debate. Algunos dicen que podrían ayudar a los adultos a desengancharse de los cigarrillos de tabaco, y otros creen que podrían introducir a los niños y adolescentes al tabaco, según la información de respaldo del estudio.
El Dr. Michael Siegel, profesor de ciencias de la salud comunitaria en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston, no está convencido de que los cigarrillos electrónicos sean los culpables de que los jóvenes empiecen a fumar cigarrillos de tabaco.
“Se trata de jóvenes que probablemente habrían fumado de todas maneras. No hay evidencias de que experimentar con los cigarrillos electrónicos esté contribuyendo a un aumento del riesgo de fumar”, dijo Siegel, que no participó en la revisión.
También parece que los jóvenes están captando los mensajes de salud pública, y todas las formas en que se fuma parecen estar perdiendo un poco de su atractivo.
Un reporte del 16 junio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. encontró que hay menos adolescentes vapeando. El reporte afirmaba que un estimado de 3 millones de adolescentes fumaron cigarrillos electrónicos en 2015. En 2016, esa cifra se había reducido a 2.2 millones. También hay menos adolescentes que consumen tabaco. Se estima que 4.7 millones de adolescentes consumieron tabaco en 2015, frente a 3.9 millones en 2016, según el informe.
La nueva revisión observó los resultados de nueve estudios. Los estudios incluyeron a más de 17,000 adolescentes y jóvenes adultos que tenían de 14 a 30 años de edad al inicio de los estudios. El 56 por ciento de los voluntarios del estudio eran mujeres.
Cuando se combinaron los estudios, los investigadores encontraron que un estimado del 30 por ciento de los adolescentes que habían usado alguna vez un cigarrillo electrónico acabaron fumando cigarrillos tradicionales. Solo aproximadamente el 8 por ciento de los que nunca usaron cigarrillos electrónicos acabaron fumando cigarrillos de tabaco.
Cuando los investigadores observaron los últimos 30 días, el 21.5 por ciento de los habían fumado cigarrillos electrónicos acabaron fumando cigarrillos normales. Menos del 5 por ciento de los que no habían fumado cigarrillos electrónicos probaron los cigarrillos regulares.
El nuevo informe no observó si las personas siguieron fumando a largo plazo. Tampoco examinó si fumar afectó a su salud.
Soneji apuntó a tres posibles razones de por qué los usuarios de cigarrillos electrónicos podrían sentirse atraídos a fumar cigarrillos tradicionales: Quizá se vuelvan adictos a la nicotina y busquen una dosis más alta; quizá aprendan a disfrutar de fumar y pasen más tiempo con los amigos que fuman; y quizá los cigarrillos electrónicos faciliten a los usuarios la transición a fumar cigarrillos porque ya han aprendido a hacerlo.
Soneji pidió a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. que se dirija al uso de cigarrillos electrónicos por parte de los adolescentes y adultos jóvenes mediante la prohibición de los cigarrillos electrónicos con sabores a frutas o a dulces y requiriendo etiquetas precisas con respecto a los niveles de nicotina en los líquidos usados en los cigarrillos electrónicos.
Pero Siegel cuestionó las conclusiones de la revisión.
“No logró examinar si los jóvenes que no fuman y que vapean con regularidad son más propensos a acabar fumando cigarrillos”, dijo.
“Lo que estos estudios muestran es simplemente que los jóvenes que tienden a experimentar con sustancias (como probar los cigarrillos electrónicos) también son más propensos a probar los cigarrillos de verdad, y por supuesto algunos de ellos acabarán siendo fumadores dado que los cigarrillos son muy adictivos”, dijo Siegel.
“La pregunta adecuada es si los no fumadores que experimentan con los cigarrillos electrónicos son propensos a acabar vapeando de forma regular, y luego si vapear con regularidad aumenta las probabilidades de acabar fumando. No hay evidencias de que esto esté ocurriendo”, dijo Siegel.
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