Los cigarrillos electrónicos no disuaden a los niños de fumar
No hay evidencias de que los cigarrillos electrónicos estén reduciendo el tabaquismo en los adolescentes… y de hecho, podría estar impulsando a niños que de otra forma nunca habrían fumado, sugiere un nuevo estudio.
Los investigadores dijeron que los hallazgos aumentan las preocupaciones sobre el uso de los cigarrillos electrónicos en los adolescentes.
Los cigarrillos electrónicos son dispositivos con pilas que administran nicotina, junto con saborizantes y otras sustancias químicas, a través de un vapor, en lugar de humo de tabaco. Con frecuencia se mercadean como una alternativa más “segura” a fumar, y como un puente hacia el abandono del hábito.
Pero en realidad se sabe poco sobre sus efectos en la salud, según los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU.
En años recientes, la popularidad de los dispositivos se ha disparado entre los niños de EE. UU. Un informe federal encontró que entre 2013 y 2014, el uso de los cigarrillos electrónicos se triplicó entre los estudiantes de escuela secundaria e intermedia en todo el país.
La cantidad que fuman cigarrillos también ha seguido en declive. Y algunos han planteado que el aumento en el uso de cigarrillos electrónicos de los niños podría en realidad estar impulsando el descenso en su tasa tabaquismo, señaló Lauren Dutra, investigadora líder del nuevo estudio.
Pero según sus hallazgos, dijo que no es así.
“No encontramos evidencias en respaldo de esa idea”, comentó Dutra, que era becaria del Centro de Investigación y Educación sobre el Control del Tabaco de la Universidad de California, en San Francisco, cuando se realizó el estudio.
De hecho, el estudio encontró que muchos niños que usaban cigarrillos electrónicos nunca habían fumado, y en realidad tenían un “riesgo bajo” de comenzar a hacerlo.
“No son los niños que normalmente anticiparíamos que comenzaran a fumar”, dijo Dutra, que ahora es científica social de RTI International, un grupo de investigación sin fines de lucro.
Los hallazgos del estudio se basan en una encuesta federal continua que sigue el uso de tabaco en niños de EE. UU. de sexto a duodécimo cursos.
En general, las tasas de estudiantes que fumaban se redujeron entre 2004 y 2014, de casi un 16 a poco más de un 6 por ciento. El declive fue constante, sin señales de acelerarse después de 2009, cuando los cigarrillos electrónicos entraron en escena.
Si los dispositivos de verdad estuvieran alejando a los niños de los cigarrillos, se esperaría ver una aceleración en el declive del tabaquismo, planteó Dutra.
En lugar de ello, los investigadores dijeron que encontraron evidencias de que los cigarrillos electrónicos están atrayendo a niños que serían poco propensos a usar tabaco.
La cantidad de niños de EE. UU. que usan solo cigarrillos electrónicos aumentó en la etapa final del periodo del estudio. En 2014, un 6.5 por ciento de los estudiantes dijeron que habían utilizado los dispositivos pero nunca habían fumado.
Y el estudio encontró que la mayoría de esos jóvenes no tenían los factores de riesgo que por lo general se vinculan con fumar cigarrillos, como vivir con un fumador o pensar que fumar hace que una persona “parezca chévere”.
Pero si los cigarrillos electrónicos no contienen tabaco, ¿qué daño hacen?
“Uno es que los niños que usan cigarrillos electrónicos son más propensos a comenzar a fumar cigarrillos”, dijo Thomas Wills, profesor del Centro Oncológico de la Universidad de Hawái, en Honolulu.
“Está claro que los cigarrillos electrónicos funcionan como un portal para fumar”, añadió Wills, autor de un editorial publicado junto con la investigación.
Además, dijo, algunos estudios han vinculado los cigarrillos electrónicos con el asma en los adolescentes. El motivo no está claro, pero potencialmente se relaciona con los “productos de combustión” de los saborizantes y la base de propilenglicol de los dispositivos, comentó Wills.
Y por supuesto, los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, una droga altamente adictiva, apuntaron tanto Wills como Dutra.
El informe aparece en la edición en línea del 23 de enero de la revista Pediatrics.
Un estudio distinto en la misma edición de la revista señaló otras preocupaciones.
El estudio, de Zewditu Demissie de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. y sus colaboradores, encontró que los niños de EE. UU. que usaban solo cigarrillos electrónicos muestran unas tasas elevadas de conductas “riesgosas”, como tener múltiples relaciones sexuales o abusar de la marihuana o de los analgésicos recetados.
Entre los adolescentes del estudio que “vapeaban”, las tasas de esos riesgos de salud no eran tan altas como las de los fumadores. Pero eran más altas que las de los niños que no usaban productos relacionados con el tabaco.
Sin embargo, el estudio no prueba que los cigarrillos electrónicos provocaran que los niños tomaran riesgos de salud, escribieron los investigadores.
Wills dijo que, por un lado, los cigarrillos electrónicos podrían atraer a niños que sienten cierta atracción por “cosas riesgosas”.
Pero, añadió, los estudios sugieren que los cigarrillos electrónicos pueden fomentar al menos un hábito malsano: el de fumar.
El año pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. prohibió la venta de cigarrillos electrónicos a menores de edad, después de que muchos estados del país ya lo habían hecho. Pero Dutra señaló que es poco probable que eso sea suficiente.
“Los cigarrillos se han restringido para las personas de a partir de 18 años de edad durante mucho tiempo, pero los niños siguen consiguiéndolos”, anotó.
Los cigarrillos electrónicos son atractivos para los niños porque están saborizados, con sabores atractivos como “pastel de cumpleaños”, dijo Dutra.
“No saben como un cenicero”, comentó Dutra. “Saben bien”.
Anotó que los reguladores no han tomado medidas para abordar los sabores “para niños” de los dispositivos, los anuncios de televisión ni las afirmaciones de salud.
Si los cigarrillos electrónicos animan a algunos niños a probar los cigarrillos, ¿por qué siguen bajando las tasas de tabaquismo? Según Dutra, las cifras federales más recientes (de 2015) sugieren que el declive se está estancando, y las tasas de tabaquismo en realidad podrían estar subiendo ligeramente entre los niños de secundaria.
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