Un nuevo tratamiento para la diabetes enseña a las células inmunitarias descontroladas a comportarse
Un tratamiento que se dirige a las células inmunitarias rebeldes en las personas con diabetes tipo 1 o tipo 2 podrían ayudarlas incluso años más tarde, encuentra un nuevo estudio.
Para el tratamiento, los investigadores toman sangre de una persona con diabetes y separan las células del sistema inmunitario (los linfocitos). Exponen brevemente esas células a células madre del cordón umbilical de un bebé que no está emparentado. Entonces devuelven los linfocitos al cuerpo del paciente.
Los investigadores han denominado a este tratamiento “terapia de educación de células madre”, porque al exponerse a las células madre, los linfocitos errantes parecen aprender de nuevo la forma en que deben comportarse.
“La terapia de educación de células madre es un método seguro” con una efectividad a largo plazo, dijo el autor líder del estudio, el Dr. Yong Zhao, científico asociado en el Centro Médico de la Universidad de Hackensack, en Nueva Jersey.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que ocurre cuando el sistema inmunitario del organismo ataca a las células beta del páncreas, que producen insulina. Esto deja a las personas con diabetes tipo 1 con poca o nada de insulina. Necesitan inyecciones de insulina para sobrevivir.
Hace mucho que los investigadores piensan que cualquier cura para la diabetes tipo 1 tendría que detener el ataque autoinmune, al mismo tiempo que se regeneran o trasplantan células beta.
Pero Zhao y su equipo desarrollaron un nuevo método para el problema: educar a las células inmunitarias que han estado destruyendo a las células beta de forma que dejen de atacar.
En la diabetes tipo 2, Zhao dijo que la disfunción de las células inmunitarias es responsable de la inflamación crónica que provoca la resistencia a la insulina. Cuando alguien es resistente a la insulina, las células de su cuerpo no pueden usar la insulina de forma adecuada para llevar el azúcar de los alimentos a las células con el fin de que la utilicen como energía. En lugar de ello, el azúcar se acumula en la sangre.
Los investigadores esperaban que la educación de las células madre ayudara a reducir la resistencia a la insulina en las personas con diabetes tipo 2.
En ensayos anteriores, el tratamiento se mostró significativamente promisorio con los datos recogidos en hasta un año. Los investigadores también mostraron que el tratamiento era seguro.
El estudio actual observó los datos recogidos durante cuatro años sobre 9 pacientes con diabetes tipo 1 en China.
Para ver qué tan bien funciona el tratamiento, los investigadores midieron el péptido C, un fragmento de proteína que es un producto secundario de la producción de insulina.
Dos personas con diabetes tipo 1 que recibieron un tratamiento de educación de células madre poco después del diagnóstico (cinco y ocho meses después) seguían teniendo una producción normal del péptido C y no necesitaban insulina cuatro años después de un solo tratamiento.
Otra paciente de diabetes tipo 1 había tenido la enfermedad durante cuatro años cuando recibió el tratamiento. De cualquier forma tuvo mejora en los niveles de péptido C, pero no se consideró en remisión. Las demás seis personas con diabetes tipo 1 experimentaron reducciones en los niveles de péptido C con el tiempo. Los autores del estudio dijeron que esto sugiere que quizá se necesite más de un tratamiento.
“Como fue un primer ensayo, los pacientes solo recibieron un tratamiento. Ahora sabemos que es muy seguro, así que los pacientes pueden recibir dos o tres tratamientos”, planteó Zhao.
Los investigadores también observaron a seis pacientes con diabetes tipo 2 grave de larga duración (de 15 a 24 años). Encontraron que un tratamiento ayudó a cuatro pacientes a lograr unos niveles normales de péptido C y a mantenerlos durante el seguimiento de cuatro años.
“En cuatro de los pacientes con diabetes tipo 2, el péptido C es muy estable tras un tratamiento”, dijo Zhao.
Además de ayudar a las personas con diabetes, Zhao dijo que el tratamiento también podría ayudar en otras enfermedades autoinmunes. Éstas podrían incluir la alopecia areata (que provoca una pérdida significativa y repentina del cabello), el lupus, la tiroiditis de Hashimoto, y el síndrome de Sjogren, dijo.
Julia Greenstein, vicepresidenta de investigación sobre descubrimientos de la JDRF (que antes se conocía como Juvenile Diabetes Research Foundation), dijo que Zhao y su equipo han mostrado que “las plaquetas parecen tener un efecto directo en las células beta”, ayudando de alguna forma a las células beta.
“Esta investigación es interesante, pero hay que reproducirla”, comentó.
Tanto Zhao como Greenstein anotaron que la diabetes parece ser ligeramente distinta en las poblaciones chinas, respecto a las occidentales. Así que no está claro si este tratamiento sería igual de beneficioso en personas de ascendencia europea.
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