Demasiados estadounidenses siguen sin realizar pruebas de detección del cáncer
Muchos estadounidenses siguen sin recibir unas pruebas de detección del cáncer que salvan vidas porque carecen de seguro, revela un informe reciente.
Las personas sin seguro tienen las tasas más bajas de mamografías, frotis de Papanicolaou y pruebas del cáncer de colon en Estados Unidos, según investigadores de la Asociación Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).
“El informe subraya las crecientes disparidades en la prevención del cáncer entre grupos de la población estadounidense según la raza, la etnia y el estatus socioeconómico”, lamentó el Dr. Paolo Boffetta, director asociado de prevención del cáncer en el Instituto Oncológico Tisch en Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
Pero otro estudio publicado el miércoles encontró que se han detectado más cánceres en las etapas iniciales desde la aprobación de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (Affordable Care Act, ACA), probablemente porque la ley obliga a las aseguradoras a ofrecer una cobertura completa de ciertas pruebas de detección del cáncer.
Mientras tanto, el nuevo informe de la Sociedad Americana Contra El Cáncer dio detalles sobre noticias promisorias en la prevención del cáncer.
Por ejemplo, el tabaquismo sigue en declive. En 2015, apenas un 15 por ciento de los adultos fumaban cigarrillos. El tabaquismo entre los estudiantes de secundaria se redujo de un 29 por ciento en 1999 a un 9 por ciento en 2015.
El uso de camas de bronceado bajo techo también ha seguido en declive. Apenas un 4 por ciento de los adultos reportaron utilizar una cama de bronceado en 2015, mientras que el uso entre las chicas de secundaria se redujo de un 25 por ciento en 2009 a un 11 por ciento en 2015.
Pero Estados Unidos todavía no aprovecha del todo todas las formas conocidas de prevenir el cáncer, lamentó la autora del informe, Ann Goding Sauer.
“Logramos avances en ciertas áreas, pero falta mucho por hacer”, dijo Sauer. “Todavía hay cosas que podemos hacer”.
Las pruebas de detección pueden detectar ciertos tipos de cáncer cuando todavía son tratables, pero muy pocos estadounidenses reciben esas pruebas con regularidad, encontraron Sauer y sus colaboradores.
Las tasas más bajas de pruebas de detección tienden a verse en las personas sin seguro, anotó el Dr. Jan Buckner, oncólogo en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota. Los inmigrantes que habían llegado recientemente también eran menos propensos a recibir pruebas de detección del cáncer regulares, posiblemente porque carecen de seguro o porque no saben cómo acceder a la atención de la salud.
El informe de la Sociedad Americana Contra El Cáncer encontró que:
Apenas la mitad de las mujeres de a partir de 40 años de edad recibieron una mamografía en el año anterior, y dos tercios recibieron una mamografía en los dos años anteriores. La tasa más baja de mamografías en los dos años anteriores se produjo entre las mujeres sin seguro (un 31 por ciento).
Solo cuatro de cada cinco mujeres adultas recibieron un frotis de Papanicolaou, que detecta el cáncer cervical, en los tres años anteriores. Las mujeres que carecían de seguro (un 61 por ciento) y las inmigrantes que habían llegado recientemente (un 68 por ciento) eran incluso menos propensas a haber realizado la prueba.
Tan solo un 63 por ciento de los adultos de a partir de 50 años de edad se habían sometido a una prueba de detección para el cáncer de colon. Una vez más, los que carecían de seguro (un 25 por ciento) y los inmigrantes recientes (un 34 por ciento) se quedaron rezagados.
“Lo que destaca es el desnivel en las pruebas de detección y la prevención, y está bastante claro que gran parte de la disparidad se relaciona con los ingresos”, señaló Buckner.
Los estadounidenses tampoco están provechando otro medio de prevención del cáncer: la vacuna contra el VPH, que protege del virus del papiloma humano.
Esta vacuna puede prevenir casi todos los casos de cáncer cervical, además de muchos casos de cáncer oral y anal, pero solo un 63 por ciento de las chicas y un 50 por ciento de los chicos habían recibido al menos una dosis de la vacuna contra el VPH en 2015. Alrededor de un 52 por ciento de las chicas y un 39 por ciento de los chicos completaron dos o más dosis.
“Aunque los adolescentes reciben otras vacunas, el VPH sigue rezagado respecto a otras vacunas”, anotó Sauer.
La obesidad también aumenta el riesgo de cáncer de los estadounidenses, añadió el informe.
El exceso de peso se ha vinculado con un riesgo más alto de 13 formas distintas de cáncer, entre ellas el cáncer de mama, de ovarios, de estómago, de riñón, de hígado, de páncreas y colorrectal, según el informe.
Siete de cada 10 adultos tienen sobrepeso, y un 38 por ciento son obesos, señala el informe. En los adolescentes, la obesidad se triplicó entre 1976 y 2002.
Lamentablemente, los estadounidenses no están tomando las medidas necesarias para ayudar a controlar su peso:
solo la mitad de los adultos y un 27 por ciento de los estudiantes de secundaria cumplían con los niveles recomendados de actividad física.
Menos de un tercio de los adultos o estudiantes de secundaria reportaron comer dos o más porciones de fruta al día. Apenas un 16 por ciento de los adultos y un 15 por ciento de los estudiantes de secundaria comían verduras tres o más veces al día.
“Reducir las disparidades en la prevención y el control del cáncer (de forma notable en la prevalencia del tabaquismo y la obesidad, y en el acceso a los programas de evaluación preventiva) debería recibir la más alta prioridad a nivel nacional y local”, enfatizó Boffetta.
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