La gente feliz es afortunada en la vejez
“No te preocupes y sé feliz” no solo es un lema para disfrutar de la vida, sino que en realidad podría ayudar a las personas mayores a vivir más tiempo, informan unos investigadores.
Se cuestionó a personas mayores de Inglaterra tres veces en un periodo de cinco años, y las que decían de forma consistente que disfrutaban de la vida tuvieron un 24 por ciento menos de probabilidades de morir durante el periodo de seguimiento que las que reportaron poco gozo en sus vidas.
“Las personas que reportaron disfrutar de la vida en las tres ocasiones tuvieron la mortalidad más baja durante los siguientes seis a siete años, mientras que las que dijeron que no disfrutaban de la vida en cualquier momento eran las más propensas a morir”, señaló el autor líder del estudio, Andrew Steptoe.
“Pero no podemos sacar la conclusión de que unos niveles altos de bienestar subjetivo estén causalmente vinculados con una buena salud, dado que este estudio fue observacional”, añadió Steptoe, director del Instituto de Epidemiología y Atención de la Salud del Colegio Universitario de Londres.
“Otros factores que no medimos podrían ser responsables”, dijo.
Pero los hallazgos dan respaldo a la hipótesis de que una perspectiva positiva es relevante para la salud futura, anotó Steptoe.
“Además, incluso algo de disfrute de la vida es mejor que nada”, dijo.
El informe aparece en la edición en línea del 13 de diciembre de la revista BMJ.
Un experto cree que disfrutar de la vida puede reducir el estrés, lo que a su vez podría alargar la vida.
“Se podría anticipar que el disfrute o la felicidad sostenidos se asocien con unos niveles más bajos de estrés subjetivamente experimentado”, dijo el Dr. Dilip Jeste.
Jeste es director del Instituto Stein de Investigación sobre el Envejecimiento de la Universidad de California, en San Diego. Apuntó que los estudios han mostrado que el estrés subjetivo es más revelador que el estrés medido de forma objetiva.
Por ejemplo, la enfermedad cardiaca puede provocar un mayor estrés a ciertas personas que a otras, lo que podría afectar a su nivel de disfrute.
Las personas con un mayor estrés subjetivo podrían sentirse deprimidas y tener una peor respuesta inmunitaria, “lo que podría afectar a su salud de forma adversa”, añadió Jeste.
“Las personas felices son propensas a cuidarse mejor, a hacer ejercicio con regularidad, a evitar los alimentos malsanos, a tomar sus fármacos de forma regular, y como resultado, tendrán mejores resultados de salud”, explicó.
Para el estudio, Steptoe y sus colaboradores recolectaron datos sobre más de 9,300 hombres y mujeres de a partir de 50 años de edad, que participaron en el Estudio longitudinal inglés sobre el envejecimiento. Los investigadores midieron el disfrute de la vida de los participantes en 2002, 2004 y 2006. Las asociaciones con la mortalidad se analizaron hasta 2013.
Se calificó a los que respondieron con “nunca o raras veces” a las cuatro preguntas sobre el disfrute de la vida como que no tenían un disfrute. Se categorizó a los que respondieron “a veces y con frecuencia” como que tenían un alto disfrute, dijeron los investigadores.
Se tomaron en cuenta los factores que podrían influir sobre los resultados, como la riqueza, la educación, los problemas de salud y la depresión, señaló Steptoe.
Casi una cuarta parte de los participantes no tenían disfrute vital en ninguna ocasión. Alrededor de un 20 por ciento reportaron un alto disfrute una o dos veces. Más de un tercio tenían un disfrute vital alto las tres veces, encontró el estudio.
En 2013, más de 1,300 de los participantes habían muerto. Los fallecidos tendían a haber reportado que no disfrutaban de la vida, y las muertes aumentaron por cada reporte de no tener disfrute, encontraron los investigadores.
En comparación con los que no reportaron ningún disfrute, el riesgo de morir por cualquier causa se redujo en un 17 por ciento entre las personas que reportaron disfrutar de la vida en dos de las evaluaciones. El riesgo se redujo en un 24 por ciento entre los que reportaron disfrutar de la vida en las tres ocasiones, mostraron los hallazgos.
Más mujeres que hombres dijeron que tenían un disfrute vital alto, al igual que las personas con pareja. Las personas con un mejor nivel educativo, más ricas, más jóvenes y con empleo también eran más propensas a disfrutar de un disfrute alto, encontró el estudio.
Steptoe reconoció que el estudio tenía limitaciones. Por un lado, las enfermedades graves podrían explicar la falta de disfrute y el aceleramiento de la muerte, aunque el equipo de investigación intentó tomarlo en cuenta.
“La evaluación de las personas de su bienestar sube y baja, de forma que las medidas tomadas en una sola ocasión podrían verse afectadas por su situación actual”, dijo Steptoe.
Dado que este estudio incluyó informes múltiples del bienestar, indica que tanto la potencia como la duración de los sentimientos positivos son importantes, planteó.
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