Las dietas basadas en las plantas son buenas para el planeta y para usted
Una dieta que genere poco carbono (rica en verduras y granos) es buena tanto para su salud como para el planeta, aseguran unos investigadores.
La producción alimentaria es un factor contribuyente importante al cambio climático, de forma que los investigadores decidieron examinar la huella de carbono de la dieta de más de 16,000 estadounidenses.
“Las personas cuyas dietas tenían una huella de carbono más baja comían menos carne roja y lácteos, que contribuyen a una parte más grande de las emisiones de gases de invernadero y que son ricos en grasas saturadas, y consumían alimentos más saludables como las aves, los granos integrales y las proteínas vegetales”, señaló el autor del estudio, Diego Rose, profesor de nutrición y seguridad alimentaria en la Universidad de Tulane, en Nueva Orleáns.
Las dietas que más carbono generaban conformaban cinco veces más emisiones que las dietas que menos carbono generaban. Las dietas que generaban mucho carbono tenían unas mayores cantidades de carne, lácteos y grasas sólidas, y unas concentraciones más altas de proteínas totales y alimentos proteicos de origen animal, dijeron los investigadores.
Pero aunque las dietas que generaban menos carbono eran más saludables en general, contenían algunos artículos malsanos, como azúcares y granos refinados, y tenían unas cantidades más bajas de nutrientes importantes, como el hierro, el calcio y la vitamina D, probablemente debido a un consumo más bajo de carne y lácteos.
El estudio aparece en la edición del 24 de enero de la revista American Journal of Clinical Nutrition.
El 16 de enero, un panel internacional de expertos emitió un informe publicado en The Lancet, que mostró que la dieta diaria promedio de una persona tendrá que cambiar de forma drástica en las próximas tres décadas para garantizar que todo el mundo se alimente sin mermar al planeta.
Y un estudio publicado a principios de año por el equipo de Rose encontró que un 20 por ciento de los estadounidenses conformaban casi la mitad de las emisiones de gases de invernadero relacionados con la dieta del país.
La meta de la investigación es ayudar al público y a los legisladores a comprender que mejorar la calidad de la dieta también puede ayudar al medioambiente, según Rose.
“Podemos hacer ambas cosas. Podemos tener unas dietas más saludables y reducir nuestras emisiones relacionadas con los alimentos”, añadió en un comunicado de prensa de la Tulane.
“Y no requiere el extremo de eliminar los alimentos del todo. Por ejemplo, si reducimos la cantidad de carne roja en nuestras dietas, y la reemplazamos con otros alimentos proteicos como el pollo, los huevos o los frijoles, podríamos reducir nuestra huella de carbono y mejorar nuestra salud al mismo tiempo”, explicó Rose.
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