Los estadounidenses quieren estar en forma, pero la mayoría no se esfuerzan
La mayoría de los estadounidenses quieren estar en mejor forma física, pero pocos trabajan para lograrlo, muestra una nueva encuesta.
Más de tres cuartas partes de los adultos de EE. UU. dijeron que estar en forma y verse bien es “muy importante” para ellos, encontró la encuesta. Una cantidad similar deseaban cambiar algo respecto a su apariencia corporal.
Muchas personas se califican a sí mismas de “demasiado gordos”, o les preocupa que no tener la suficiente fuerza física.
A pesar de esos sentimientos, apenas un 31 por ciento dijeron que hacían del ejercicio un “hábito” regular. Y un 45 por ciento admitieron que no eran para nada activos, según ReportLinker, una compañía tecnológica francesa que realizó la encuesta.
La encuesta, llevada a cabo en línea en mayo, incluyó a más de 500 adultos de EE. UU.
Ninguno de los resultados sorprendió a los expertos en el ejercicio.
Es bien sabido que la mayoría de adultos de EE. UU. se quedan cortos respecto a las recomendaciones sobre la actividad física, lamentó Heather Hausenblas, profesora de kinesiología en la Universidad de Jacksonville, en Florida.
De hecho, apenas más o menos una quinta parte de los estadounidenses cumplen las directrices de ejercicio, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Para los adultos, las directrices indican 2.5 horas de actividad aeróbica moderada cada semana, junto con algún tipo de ejercicio de fortalecimiento muscular al menos dos días cada semana.
Tanto el Colegio Americano de Medicina del Deporte (American College of Sports Medicine, ACSM) como la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) afirman que los estadounidenses deben hacer al menos 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana.
Pero si tantos estadounidenses creen que están en mala forma física y quieren verse mejor, ¿por qué no hacen ejercicio?
Por un lado, la insatisfacción con el cuerpo no es el mejor motivador.
“Si ese es el motivo por el que comienza a hacer ejercicio, es probable que no persista”, dijo Hausenblas, que estudia la actividad física y la imagen corporal.
“Por otro lado, si los motivos de salud son la principal motivación, es más probable que permanezca activo”, señaló.
En parte eso se debe a que los beneficios de salud del ejercicio van más allá de lo físico. Una vez las personas hacen que el ejercicio sea una rutina, según Hausenblas, podrían notar “muchos beneficios psicológicos”, como sentir más energía y menos estrés.
Son efectos como esos los que pueden ayudar a las personas a mantenerse en el camino, concurrió la Dra. Pamela Peeke, vocera del ACSM.
“Mientras más habitual se hace la actividad física, y uno nota lo bien que se siente, más le hace falta cuando no está activo”, dijo Peeke, profesora clínica asistente de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland.
Lamentablemente, la mala imagen corporal evita que algunas personas se hagan activas en algún momento, sobre todo las mujeres, apuntó Peeke.
“Si uno se siente mal sobre su cuerpo, lo último que quiere hacer es exhibirse en un gimnasio”, dijo.
Por suerte, hay muchas formas de ser activo aparte de ir al gimnasio, indicó Peeke.
“Levántese y camine”, aconsejó. “Esa es la principal forma de entrar en acción”.
Peeke dijo que evita el término “ejercicio” y favorece animar a las personas a moverse siempre que puedan, en un mundo lleno de escaleras mecánicas, controles remotos y trabajos de escritorio.
“Si está al teléfono, camine mientras habla”, sugirió. “Si está en el trabajo, use las escaleras para ir al baño que queda tres plantas más arriba, en lugar de usar el de su planta. Debemos ser creativos en nuestras vidas diarias”.
Para algunas personas, hacer ejercicio con otros es útil, dijeron Peeke y Hausenblas.
En la encuesta, casi un tercio de los encuestados que hacían ejercicio a diario dijeron que se mantenían animados con la ayuda de amigos o de “colegas de ejercicio”.
Otros dijeron que usaban smartphones y otros dispositivos para controlar su progreso, como, por ejemplo, ver qué distancia podían trotar.
Además, el tipo de actividad debe basarse en las preferencias personales, planteó Hausenblas.
En la encuesta, la actividad más popular fue “entrenar en un gimnasio”, que citaron un 40 por ciento de los que hacían ejercicio. Más o menos un tercio dijeron que trotaban, nadaban o jugaban al básquetbol, mientras que un 21 por ciento tomaban clases de yoga.
“Lo que realmente importa”, dijo Hausenblas, “es hacer cosas de las que disfrute. Si le gusta estar fuera, salga a caminar. Si le gusta tomar una clase, hágalo”.
Y siempre recuerde que no se trata del aspecto, ni de la competencia, dijo Peeke. Tres cuartas partes de los participantes admitieron que comparaban su físico con el de los demás.
“Si usted se compara con otras personas, automáticamente degrada sus propios puntos fuertes”, advirtió Peeke.
En lugar de eso, aconsejó, concéntrese en sus fortalezas personales, y los motivos más importantes para permanecer activo.
“¿Lo hace por su propio bienestar, o para poder estar ahí para sus nietos?”, preguntó Peeke. “Si sus motivaciones se originan en el amor por usted mismo, eso es magnífico. Si todo se basa en cambiar de apariencia, entonces tiene un problema”.
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