Resultados de una investigación podrían ayudar a los bebés —y a sus padres— a dormir mejor durante la noche
Un estudio de Pediatrics podría ayudar a los padres de bebés que tienen problemas para dormir en la noche a descansar un poco mejor.
Preocupaciones de que el método de entrenamiento de conducta conocido como “extinción graduada/escalonada”, que implica dejar a los bebés que se resisten a dormir llorar hasta que se duerman, causa problemas emocionales, de comportamiento o de apego entre padre e hijo pueden ser infundadas, de acuerdo con un ensayo aleatorio controlado donde participaron 43 bebés.
En el estudio, “Intervenciones del comportamiento en bebés con problemas de sueño: En un ensayo aleatorio controlado”, los investigadores australianos examinaron dos métodos de intervención para el entrenamiento del sueño de bebés recomendados frecuentemente a los bebés que tienen problemas para dormir durante la noche hasta después de los seis meses de edad: el método de extinción graduada, así como un método más “sutil” o moderado llamado “sueño atenuado/desvanecido a la hora de dormir”, en el cual los padres retrasan gradualmente la hora de poner a los niños en la cama para dormir con la esperanza de que el niño se dormite/adormezca con más facilidad.
Comparados con un grupo de control, los investigadores informaron que los bebés cuyos padres usaron el método de extinción gradual se durmieron en promedio 13 minutos antes y se despertaron considerablemente menos durante la noche. Al mismo tiempo, no se presentaron diferencias considerables en los niveles de estrés basados en lecturas de cortisol de las glándulas salivales de los bebés, estrés o cambios de estado de ánimo en los padres o en las medida de apego entre padre e hijo.
Pero los padres que continuaban preocupados por dejar llorar a los bebés, dijeron Michael Gradisar, PhD, director de la Clínica del Sueño de Niños y Adolescentes de la Universidad de Flanders y sus colaboradores, del grupo del método del sueño atenuado/desvanecido mostraron un declive casi tan grande (10 minutos) en el tiempo que les tomó a los bebés dormirse, y este grupo no vio cambios en la cantidad de veces que se despertaban durante la noche comprados con el grupo de control.