El impacto del acoso escolar puede durar toda la vida, según un estudio
Ser víctima de acoso en la juventud podría conducir a dificultades de por vida en la adultez.
Una nueva investigación advierte que las víctimas del acoso en la adolescencia se enfrentan a un riesgo un 40 por ciento más elevado de problemas de salud mental cuando llegan a mediados de la veintena.
Los adultos jóvenes con antecedentes de acoso en la adolescencia también podrían experimentar un aumento del 35 por ciento en las probabilidades de desempleo, encontraron los investigadores.
En el estudio, monitorizaron el acoso entre más de 7,000 estudiantes de 14 a 16 años en Reino Unido. Entrevistaron a los adolescentes en intervalos regulares hasta los 21 años, y una vez más cuando tenían 25 años.
“Los ejemplos de acoso que estudiamos incluían los insultos, ser excluidos de los grupos sociales, que les robaran sus posesiones, o que les amenazaran o que hubieran experimentado violencia”, comentó la autora del estudio, Emma Gorman.
Basándose en esa definición, alrededor de la mitad de los estudiantes (de los cuales un 70 por ciento eran blancos) fueron víctimas de acoso entre 2004 y 2006.
“Las chicas eran más propensas a experimentar las formas psicológicas del acoso, como los insultos y la exclusión de los grupos sociales, y los chicos eran más propensos a ser víctimas de un acoso violento”, apuntó Gorman.
A los 25 años, los que fueron acosados en la adolescencia tenían muchas más probabilidades de presentar problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad, y de tener dificultades para encontrar un trabajo, encontró el estudio.
“Entre los que tenían empleo”, añadió Gorman, “los estudiantes que experimentaron acoso tenían unos ingresos un 2 por ciento más bajos”.
Mientras más violento, persistente y frecuente era el acoso, peores eran las consecuencias a largo plazo, agregó, aunque la investigación solo encontró una asociación, y no pudo probar que el acoso fuera una causa directa.
“Estos hallazgos contradicen una opinión común de que el acoso puede ‘formar el carácter’, o ser un ‘rito de paso’ normal en las vidas de los jóvenes”, enfatizó Gorman. “En vez de ello, encontramos que el acoso puede tener consecuencias negativas duraderas en las vidas de los jóvenes”.
Gorman realizó su investigación cuando era asociada en el Departamento de Economía de la Facultad de Administración de la Universidad de Lancaster, en Inglaterra. Ahora se encuentra en la Universidad de Westminster, en Londres.
Entonces, ¿qué se puede hacer para controlar el acoso y también limitar las consecuencias a largo plazo cuando ocurre?
Gorman dijo que los hallazgos sugieren que se necesita un “método estratégico y dirigido” para reducir el acoso extremo, en particular las formas violentas.
“La investigación nueva en esa área ha encontrado que desarrollar unas habilidades positivas de carácter en los jóvenes, como la resiliencia, la determinación y la autoestima, puede ayudar a reducir las consecuencias negativas a largo plazo del acoso”, enfatizó. “Pero ese tipo de intervención se debe también acoplar con intervenciones bien diseñadas contra el acoso, dirigidas por las escuelas y los maestros”.
Patrick Tolan, director emérito de Youth-Nex de la Universidad de Virginia, un centro dedicado al desarrollo efectivo de los jóvenes, revisó el estudio.
Tolan dijo que los hallazgos no son sorprendentes, pero que no significan que las consecuencias a largo plazo sean inevitables para todos los niños que hayan sufrido acoso. Sin embargo, el estudio es una advertencia de que “este es un problema real que merece atención e intervención, para pararlo y prevenirlo”, agregó.
Con ese fin, Tolan sugirió que los padres hablen regularmente con sus hijos sobre cómo les fue durante el día y que escuchen lo que tengan que decir.
“Cuando el niño vea que usted está interesado, le dirá más y quizá revelará cosas que le preocupan, como el acoso, si ha ocurrido”, dijo.
También aconsejó a los padres que saquen el tema del acoso, para oír qué opina el niño.
“Aclare que piensa que el acoso nunca es aceptable, y que si su hijo es alguna vez víctima de acoso, debe saber que puede acudir a usted para averiguar qué hacer”, indicó Tolan.
Es importante que las escuelas fomenten una cultura en que los estudiantes y los maestros consideren el acoso inaceptable. Se debe enseñar a los niños a reducir el conflicto y/o a responsabilizarse de sus propias conductas de acoso, añadió.
Tolan apuntó que el acoso no es algo que solo suceda entre los niños.
“También ocurre regularmente en el trabajo y en la vida social adulta”, lamentó. “Es importante que los adultos practiquen lo que quieren que sus hijos hagan: que les hagan frente a los acosadores y que impliquen al grupo para rechazar la conducta de acoso”.
Gorman y sus colaboradores presentaron los hallazgos la semana pasada en una reunión de la Sociedad Real de Economía (Royal Economic Society), en Coventry, Inglaterra. Las investigaciones presentadas en reuniones por lo general se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
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