La obesidad infantil podría estar fomentando más cánceres en los adultos jóvenes
Las tasas de obesidad en los niños han estado aumentando durante años, y las consecuencias de ese peso adicional podrían estar apareciendo como casos de cáncer.
Una nueva revisión encontró que ciertos tipos de cáncer asociados con las personas mayores de 50 años afectan ahora con más frecuencia a unas edades más tempranas. Y la obesidad quizá tenga la culpa.
De los 20 tipos de cáncer más comunes en Estados Unidos, el estudio encontró que 9 están ocurriendo en los adultos jóvenes. Más o menos uno de cada cuatro nuevos cánceres de tiroides se diagnosticaron en personas de 20 a 44 años, y alrededor de uno de cada 10 nuevos casos de cáncer de mama ocurrió en ese mismo grupo de edad, reportaron los investigadores.
“Hace cierto tiempo que los científicos saben que la obesidad aumenta el riesgo de cáncer, y que cuando las personas obesas enferman de cáncer, es más probable que tengan un peor pronóstico. Y ahora parece que la obesidad acelera el desarrollo del cáncer”, dijo el autor del estudio, el Dr. Nathan Berger, director del Centro de Ciencias, Salud y Sociedad de la Universidad de Case Western Reserve, en Cleveland.
Los investigadores no pueden probar causalidad. Pero los hallazgos resaltan la necesidad crítica de prevención de la obesidad. “Probablemente haya 140,000 casos de cánceres relacionados con la obesidad al año. Es un problema importante”, aseguró Berger.
Los expertos en general concurren en que 13 tipos de cáncer tienen unos vínculos claros con la obesidad. El estudio actual encontró que nueve de esos 13 tipos de cáncer están en aumento en las personas más jóvenes. Los nueve tipos de cáncer, y el porcentaje de casos nuevos en las personas de 20 a 44 años, son:
El cáncer de mama, con un 10.5 por ciento
El cáncer de colon y recto, con un 5.8 por ciento
El cáncer de riñón, con un 7.8 por ciento
El cáncer de endometrio, con un 7.3 por ciento
El cáncer de tiroides, con un 23.9 por ciento
El cáncer de hígado, con un 2.5 por ciento
El cáncer del cardias gástrico (un cáncer en la parte superior del estómago), con un 6.2 por ciento
El meningioma (un cáncer del revestimiento del cerebro y la médula espinal), con un 16.8 por ciento
El cáncer de ovario, con un 10.6 por ciento
La Dra. Jennifer Ligibel, una oncóloga de Boston, dijo que este estudio es una “primera observación realmente interesante sobre la incidencia de la obesidad y el riesgo de cáncer en los adultos jóvenes, pero todavía queda mucho trabajo por hacer”.
Señaló que la revisión hace un buen trabajo al reunir las evidencias disponibles. Pero “no hay mucha información todavía porque el peso ha aumentado de forma bastante significativa en los jóvenes en poco tiempo, y aún no sabemos qué implicaciones tiene esto”, añadió Ligibel, que trabaja en el Instituto Oncológico Dana Farber.
Ligibel también es presidenta del subcomité de obesidad y equilibrio energético de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (American Society of Clinical Oncology). Ligibel no participó en el estudio.
Comentó que no está claro exactamente cómo la obesidad podría aumentar el riesgo de cáncer. “Pero probablemente no sea solo un factor”, anotó.
“La obesidad provoca unos niveles más altos de inflamación. También causa unos niveles más altos de insulina y otras hormonas del crecimiento. La obesidad conduce a unos niveles más altos de hormonas sexuales. También hay factores relacionados, incluyendo la dieta. Tenemos mucho que aprender”, planteó.
Berger añadió que la epigenética también está implicada. La epigenética son los cambios que ocurren en la actividad genética sin cambiar el ADN en sí.
Esos tipos de cambios podrían ser duraderos, incluso si alguien que tenía sobrepeso en la niñez pierde peso, dijo Berger.
Dijo que probablemente es similar a lo que sucede con el tabaquismo y el riesgo de cáncer. Cuando la gente deja de fumar, su riesgo de cáncer se reduce de forma dramática, pero nunca desaparece del todo, explicó.
Y aunque el riesgo quizá no desaparezca del todo, intentar perder peso sigue siendo importante, dijo.
“Reducir la obesidad tiene un impacto en el riesgo de cáncer, además del riesgo de diabetes y de enfermedad cardiaca. Perder peso ayuda”, enfatizó Berger.
Ligibel se mostró de acuerdo, y citó estudios que mostraron que el riesgo de cáncer se redujo a la mitad en las personas que se sometieron a una cirugía para perder peso.
El estudio observó a 100 publicaciones en todo el mundo, y los datos abarcaron más de cuatro décadas.
La revisión también apunta a la necesidad de que los médicos tengan un diagnóstico de cáncer en mente, incluso en los pacientes más jóvenes. “Si tiene un paciente obeso con sangre en las heces, evalúe el cáncer de colon, incluso a una edad temprana”, sugirió Berger.
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