Las tasas de mortalidad por cáncer continúan en descenso en EE.UU.
Un número mayor de estadounidenses sobreviven al cáncer que nunca antes, pero a medida que la población envejezca, habrá incluso más que desarrollarán la enfermedad.
Esa es la buena y la mala noticia del Informe del progreso del cáncer de 2017 de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (American Association for Cancer Research, AACR), publicado el miércoles.
Según el informe, la tasa de mortalidad por cáncer se redujo en un 35 por ciento entre los niños y adolescentes, y en un 25 por ciento entre los adultos de 1991 a 2014. Eso equivale a unos 2 millones menos de fallecimientos debidos al cáncer.
Por otro lado, se predice que los nuevos diagnósticos de cáncer aumentarán de casi 1.7 millones este año a 2.3 millones en 2030, apuntó el presidente de la asociación, el Dr. Michael Caligiuri.
Y tan solo este año, se predice que más de 600,000 estadounidenses fallecerán de cáncer, según el informe.
Caligiuri dijo que el aumento en los casos de cáncer es simplemente una consecuencia de que la gente vive más tiempo. Como anotó el informe, un 53 por ciento de los diagnósticos de cáncer de EE. UU. se producen en personas de a partir de 65 años de edad, y se anticipa que ese segmento de la población aumente de unos 49 millones en 2016 a poco más de 74 millones en 2030.
“Mientras más tiempo viva la gente, más alta será la incidencia de cáncer”, dijo Caligiuri.
“Mientras más tiempo se vive, más probabilidades hay de que se produzcan mutaciones genéticas graves que provoquen cáncer, y más débil está el sistema para reparar el ADN cuando se tienen esos cambios genéticos”, explicó.
El Dr. Anthony D’Amico, profesor de oncología radioterápica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston, dijo que “la explicación más probable del progreso en la supervivencia al cáncer es una combinación de avances en el tratamiento del cáncer, junto con una detección temprana a través de las pruebas”.
El informe de la AACR anotó que las tasas de mortalidad por muchos de los cánceres de diagnóstico más común en Estados Unidos (como el cáncer de mama, el colorrectal, el de pulmón y el de próstata) han estado en declive durante más de una década. Pero las muertes por otras formas de cáncer (cáncer de cerebro, de hígado y de útero) han estado aumentando.
Y el progreso no ha ofrecido el mismo beneficio a todos los estadounidenses, anotaron los investigadores. Persisten disparidades en la atención del cáncer entre blancos y negros, las personas con y sin seguro, los pobres y las personas mayores.
Pero hay progresos en el tratamiento. Entre agosto de 2016 y julio de 2017, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprobó nueve medicamentos nuevos contra el cáncer, señaló el informe. Además, la FDA aprobó el uso de ocho fármacos existentes para combatir nuevos tipos de cáncer.
Dos de los nuevos medicamentos son inmunoterapias, llamadas inhibidores de los puntos de control. Esos tratamientos aumentan la supervivencia y mejoran la calidad de vida de los pacientes de muchos tipos de cáncer.
También se observó un progreso en los medicamentos que se dirigen a moléculas específicas del cáncer. De hecho, es justo lo que hacen siete de los nuevos medicamentos, dijeron los investigadores.
La FDA también aprobó un nuevo agente de imágenes ópticas para ayudar a los médicos a ver los tumores cerebrales y orientar su extirpación con un mayor grado de precisión.
Las claves para un mayor progreso en la prevención y la curación del cáncer incluyen la ciencia básica para comprender la biología del cáncer, dijo Caligiuri, y entonces hacer que esos hallazgos sean relevantes para el tratamiento del cáncer mediante ensayos con animales y ensayos iniciales con humanos. Luego hay que evaluar esos tratamientos en muchas personas para ver qué tan seguros y efectivos son, añadió.
Además, se necesitan más estudios para comprender mejor los factores de riesgo del cáncer y para desarrollar formas de reducir esos riesgos. Éstas incluyen cambios en el estilo de vida (como no fumar, una dieta saludable y el ejercicio) y pruebas para detectar el cáncer temprano.
Respecto a la prevención del cáncer, el consumo de cigarrillos se redujo en casi un 39 por ciento entre 2000 y 2015, lo que debería significar menos casos de cáncer de pulmón en el futuro, según el informe.
Los investigadores también dijeron que, en el futuro, casi todos los casos de cáncer cervical, y muchos casos de cáncer oral y anal, podrían prevenirse si los jóvenes de ambos sexos reciben la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH).
Pero solo un 63 por ciento de las chicas y menos del 50 por ciento de los chicos habían recibido al menos una dosis de la vacuna contra el VPH en 2015, reportó el estudio.
Según D’Amico, “falta mucho por hacer, pero vamos en la dirección correcta en términos del descubrimiento, las pruebas y la biología”.
El cáncer no es una enfermedad barata. Los costos médicos directos fueron de casi 88 mil millones de dólares en 2014, según el informe. Esto no incluye los costos indirectos, como la pérdida de la productividad por el tratamiento y las muertes relacionadas con el cáncer.
Pero los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE. UU. solo recibieron 30 mil millones de dólares en fondos en 2014, apuntó Caligiuri. Y de ese total, solo unos 5 mil millones de dólares se destinaron al Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU.
No resulta sorprendente que Caligiuri considere que tanto los NIH como la FDA necesitan más dinero para invertir en la investigación y el tratamiento del cáncer con el fin de que haya más progresos en la lucha contra el cáncer.
“El paso limitante para un mayor progreso contra la bestia llamada cáncer es la financiación”, aseguró Caligiuri. “Los datos muestran con claridad que cuando tenemos financiación podemos lograr un progreso fenomenal”.
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