Los adultos jóvenes recurren a las bebidas energéticas
Más estadounidenses jóvenes que nunca están recurriendo a las bebidas energéticas con cafeína, y la tendencia es una causa de preocupación, aseguran los investigadores.
En un nuevo estudio, los investigadores encontraron un aumento significativo en el consumo de bebidas energéticas entre los adolescentes, y entre los adultos jóvenes y de mediana edad en la última década.
En comparación con las personas que no consumían las bebidas, las que sí usaban las bebidas energéticas tenían una ingesta de cafeína total mucho más alta, y las bebidas explicaban la mayor parte de esa ingesta, mostraron los hallazgos.
Un consumo alto de cafeína puede aumentar el riesgo de conductas peligrosas, problemas de la salud mental como la depresión, e hipertensión y otros problemas cardiacos, señalaron los investigadores. Además, el azúcar en las bebidas energéticas puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, obesidad y caries.
No solo eso, sino que la popularidad de mezclar las bebidas energéticas con alcohol está en aumento entre los adultos jóvenes, y puede conducir a un consumo excesivo de alcohol y a las amenazas relacionadas, como la conducción bajo la influencia del alcohol, anotó el informe.
“El creciente uso de las bebidas energéticas, sobre todo entre los adultos jóvenes, es causa de preocupación, y amerita un estudio y una vigilancia continuadas”, comentó la autora sénior, Sara Bleich, del departamento de políticas y gestión de la salud de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Boston.
“Aunque las bebidas se mercadean para reducir la fatiga y mejorar el rendimiento físico y mental, el consumo frecuente de estas bebidas con mucha cafeína y muy azucaradas se ha vinculado con consecuencias negativas para la salud”, añadió Bleich.
En el estudio, el equipo analizó datos de más de 9,900 adolescentes, más de 12,000 adultos jóvenes y más de 11,000 adultos de mediana edad que participaron en la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de EE. UU. entre 2003 y 2016.
Durante ese tiempo, los que reportaron que bebían una bebida energética en un día típico aumentaron de un 0.2 a un 1.4 por ciento entre los adolescentes, de un 0.5 a un 5.5 por ciento entre los adultos jóvenes, y de un 0 a un 1.2 por ciento entre los adultos de mediana edad.
A lo largo del periodo del estudio, los usuarios de bebidas energéticas tenían una ingesta total de cafeína significativamente más alta que los que no consumían esas bebidas: de 227 frente a 52 miligramos (mg) entre los adolescentes, respectivamente; de 279 frente a 135 mg entre los adultos jóvenes, respectivamente; y de 349 frente a 219 mg entre los adultos de mediana edad, respectivamente.
Los hallazgos sugieren que el uso diario de bebidas energéticas entre los adolescentes y los adultos de mediana edad podría estar nivelándose, y que el uso general en los tres grupos es relativamente limitado. Pero el uso entre los adultos jóvenes sigue en aumento, señalaron los investigadores.
Las tasas más altas de uso de bebidas energéticas fueron entre los estadounidenses de origen mexicano de mediana edad y entre los adultos jóvenes con un nivel educativo bajo, lo que “señala la necesidad de esfuerzos de políticas y de programación dirigidos a esos grupos”, comentó Bleich en un comunicado de prensa de la revista.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. requiere que las etiquetas de las bebidas energéticas indiquen si el producto contiene cafeína, pero la FDA no impone un límite de cafeína ni requiere que el nivel real de cafeína se reporte.
“Nuestros hallazgos apuntan a la necesidad de un límite superior de cafeína basado en las evidencias, y de un etiquetado consistente de esas bebidas para reducir el impacto negativo potencial en la salud para los consumidores”, añadió Bleich.
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