Más adolescentes de EE. UU. están vapeando, pero el consumo de opioides y de alcohol se reduce
El vapeo entre los adolecentes estadounidenses aumentó de forma dramática en 2018, y casi dos de cada cinco estudiantes de último año de secundaria reportan que han probado un cigarrillo electrónico en el año anterior, revela un estudio reciente.
El informe contenía buenas noticias: los adolescentes informan una reducción en el consumo de alcohol, tabaco y opioides.
Pero las tendencias en el vapeo siguen siendo preocupantes. Alrededor de un 37 por ciento de los estudiantes de decimosegundo curso habían vapeado en los 12 meses anteriores, en comparación con más o menos un 28 por ciento en 2017, según la más reciente encuesta Monitorizando el futuro (Monitoring the Future).
Las tasas de vapeo también aumentaron en alrededor de un tercio entre los adolescentes más jóvenes, y más o menos un 18 por ciento de los estudiantes de octavo curso y aproximadamente un 32 por ciento de los estudiantes de décimo cuso reportaron que habían probado los cigarrillos electrónicos en 2018.
“Es un aumento marcado en un periodo de apenas un año”, señaló el Dr. Wilson Compton, subdirector del Instituto Nacional sobe el Abuso de Drogas de EE. UU., que financia la encuesta. “De hecho, los investigadores apuntaron que este es el mayor aumento que han visto en un producto de sustancias entre los jóvenes de EE. UU.”, anotó.
Tras el alcohol, el vapeo es la segunda forma más común de uso de sustancias en Estados Unidos, encontró la encuesta.
Pero el uso de marihuana sigue siendo alto entre los estudiantes de secundaria, dado que alrededor un 6 por ciento de los estudiantes de decimosegundo curso reportaron un uso diario. En las dos últimas décadas, el uso diario entre los estudiantes de último año de secundaria ha permanecido en entre un 5 y un 6.6 por ciento.
“Cuando vemos tasas de alrededor de un 6 por ciento de estudiantes de último año de secundaria que fuman marihuana a diario o casi a diario, se trata de muchos adolescentes cuya memoria podría verse afectada y cuyos cerebros no están funcionando a toda capacidad justo en el momento en que lo necesitan”, advirtió Compton.
La encuesta ha rastreado el uso de drogas, alcohol y cigarrillos entre los adolescentes desde 1975. Este año, 44,482 estudiantes de 392 escuelas públicas y privadas participaron en la encuesta.
La mayoría de cigarrillos electrónicos contienen nicotina. La exposición temprana a la nicotina puede alterar el desarrollo de los cerebros jóvenes, haciendo que los adolescentes sean más vulnerables a la adicción a lo largo de toda la vida, dijo Compton.
La investigación también ha mostrado que los adolescentes que vapean son más propensos a comenzar a fumar cigarrillos, añadió.
“Observamos aumentos a lo largo de todas las distintas medidas de uso de esos productos entre los jóvenes de EE. UU.”, lamentó Compton. “Observamos aumentos en si los jóvenes los habían usado alguna vez, en el año anterior o en el mes anterior”.
Según Fred Muench, presidente y director ejecutivo de Partnership for Drug-Free Kids, los resultados de esta encuesta sirven como advertencia sobre “la creación de una generación de jóvenes dependientes de la nicotina, y lo que eso significa para su autorregulación en el futuro”.
En respuesta al rápido aumento en el vapeo entre los adolescentes, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. anunció el mes pasado que tomaría medidas para limitar o prohibir el acceso a los cigarrillos electrónicos con sabores.
Los resultados de la encuesta indican que esto podría ayudar. Uno de cada cuatro estudiantes de decimosegundo curso cree que vapea solo el sabor, y no es consciente de que la mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina.
Linda Richter, directora de investigación y análisis de políticas en el Centro de Adicción, comentó que “a pesar de lo que los jóvenes piensan, casi todos los productos de vapeo contienen nicotina en altas dosis, y esos productos están diseñados para fomentar rápida y efectivamente una dependencia a los mismos”.
Compton dijo que es probable que las tasas de consumo de marihuana hayan permanecido estables debido a la aceptación social de la droga, como refleja el movimiento a nivel estatal por legalizar el uso recreativo.
“Hemos observado que las actitudes hacia la marihuana se han suavizado, y los jóvenes responden a esas actitudes”, afirmó Compton. “Tienen una percepción más baja del riesgo del uso de marihuana”.
Pero Muench planteó que, dada la forma en que las opiniones sobre la marihuana han cambiado, en realidad podría ser una buena señal que el uso haya permanecido constante entre los adolescentes.
“Siempre queremos ver declives, pero creo que con la normalización y la legalización y todo los intereses financieros que apoyan a los productos de marihuana, que no varíe está bien”, dijo Muench.
Pero Richter solo ve problemas si el movimiento de legalización sigue creciendo.
“Es probable que unas regulaciones cada vez más relajadas sobre el uso de la marihuana impulsen a los jóvenes de nuestro país en una dirección similar que en el vapeo”, advirtió Richter. “Podemos prever no solo unas tasas crecientes de uso de marihuana mediante el vapeo y otros medios de ingestión, sino también un declive en las percepciones sobre el riesgo de daño por el uso de la marihuana”.
La encuesta también encontró que:
El tabaquismo está en un punto bajo histórico, ya que apenas alrededor de un 4 por ciento de los estudiantes de último curso de secundaria fuman a diario, en comparación con un 22 por ciento hace dos décadas.
El uso de opioides recetados (como OxyContin o Vicodin) se ha reducido a alrededor de un 3 por ciento entre los estudiantes de decimosegundo curso. Apenas un 1.7 por ciento de los estudiantes de último año reportaron un mal uso de Vicodin en el año anterior, frente a un 10 por ciento hace 15 años.
El consumo de alcohol también se ha reducido. Aproximadamente un 17 por ciento de los estudiantes de último año de secundaria reportaron haber estado borrachos en el mes anterior, una reducción frente a un 26 por ciento hace cinco años.
Menos adolescentes reportan atracones de bebida (consumir cinco o más bebidas de seguido). Alrededor de un 14 por ciento de los estudiantes de decimosegundo curso dijeron que habían participado en un atracón de bebida recientemente, una reducción frente a un 17 por ciento en 2017, y al máximo histórico de un 31 por ciento en 1998.
Pero Compton dijo que se necesita más progreso.
“Aunque observamos una mejora general, todavía vemos que demasiados jóvenes se dan atracones de bebida”, añadió Compton.
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