Todavía no hay una forma probada de prevenir el Alzheimer
La ciencia médica no ha logrado probar que haya algún tratamiento, terapia ni ejercicio para el cerebro que pueda prevenir demencias como la enfermedad de Alzheimer, concluyó una nueva y amplia revisión.
Ningún medicamento, remedio sin receta ni programa de entrenamiento cerebral ha probado en un ensayo clínico sólido que proteja de la demencia, afirmaron investigadores del Centro de Prácticas Basadas en las evidencias de Minnesota, en Minneapolis, tras revisar docenas de estudios publicados anteriormente.
“La conclusión es que no hay una panacea”, apuntó la coautora de la revisión Mary Butler, codirectora del centro y profesora asistente en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Minnesota.
Las mejores evidencias que los investigadores hallaron indican que llevar una vida sana es la mejor defensa contra la demencia de una persona, dijo Butler. Eso significa comer bien, hacer ejercicio, tratar los problemas de la salud como la hipertensión, y permanecer activo socialmente.
“Entre las intervenciones que pudimos encontrar que habían sido evaluadas, las pocas que mostraron un potencial de beneficio o que incluso insinuaron un beneficio en realidad son muy similares a los tipos de mensajes de salud pública que emitimos en general sobre un envejecimiento sano”, dijo Butler.
Los investigadores realizaron cuatro revisiones simultáneas de evidencias para evaluar distintas categorías de terapias y tratamientos propuestos para el Alzheimer:
La actividad física. Evidencias de bajo nivel en 16 ensayos mostraron que combinar distintos tipos de actividad (el ejercicio, la dieta y el entrenamiento cognitivo) podría mejorar el rendimiento en pruebas cerebrales.
Los medicamentos recetados. Ningún medicamento pareció proteger al cerebro en los datos de 51 ensayos. Los fármacos estudiados incluyeron los que se usan específicamente para la demencia, además de medicamentos para tratar otros problemas de salud durante el envejecimiento, como la diabetes, la hipertensión, el colesterol elevado y los niveles descendientes de hormonas.
Las vitaminas y los complementos. No hay evidencias en 38 ensayos de que ninguna tableta ni pastilla de venta libre pueda prevenir la demencia o la enfermedad de Alzheimer. Esto incluyó a los ácidos grasos omega 3, al ginkgo biloba, y a las vitaminas B, C, D, y E.
El entrenamiento cognitivo. Los ejercicios cerebrales no evitaron la demencia en 11 ensayos clínicos.
“Hay ciertas evidencias moderadas de que la actividad cognitiva aporta algunos beneficios, pero esos beneficios son locales”, apuntó Butler. “Si entrenamos la memoria, la memoria podría mejorar. Si entrenamos el procesamiento, la velocidad de procesamiento podría mejorar. Pero no hubo ninguna evidencia buena que vinculara eso de forma directa con cambios en la manera en que muchas personas desarrollan demencia”.
Dean Hartley, director de iniciativas científicas de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association), dijo que esta revisión no debe desanimar a la gente. No descarta que haya posibles tratamientos para la demencia, sino que solo anota que la ciencia no ha probado que alguno funcione.
“Lo que necesitamos es más investigación, y eso es lo que esto ilumina”, aseguró Hartley.
Además, es una buena señal que algunas evidencias indiquen que los cambios en el estilo de vida, como el ejercicio y una dieta saludable, pueden ayudar en la demencia, siguió Hartley.
“Todos podemos hacer esas cosas ahora porque no nos harán daño, y se generalizarán en nuestra salud”, señaló. “Un corazón sano es un cerebro sano. Veremos ese beneficio en el cerebro”.
El Dr. Luca Giliberto, investigador sobre el Alzheimer, también considera la revisión de las evidencias como positivas, pero desde un ángulo distinto. Tiene la esperanza de que la revisión conmueva al campo de la investigación.
“Finalmente, alguien tuvo el valor de declarar el hecho de que no comprendemos lo que sucede en la demencia y el Alzheimer”, dijo Giliberto, profesor asistente en el Instituto Feinstein de Investigación Médica en Manhasset, Nueva York. “Actualmente no hay nada que podamos hacer para detener la patología del Alzheimer”.
Los investigadores deben volver a lo básico y enfocarse en averiguar por qué las personas desarrollan Alzheimer antes de comenzar a evaluar curas, planteó.
“Debemos volver al microscopio y reinventar la patología, reinventar todo sobre el Alzheimer y esos tipos de demencia”, aseguró Giliberto. “No sabemos suficiente, y debemos dejar de gastar dinero y tiempo en cosas menores como los complementos y otras porque no son la respuesta”.
Como mínimo, estos estudios deben llevar a las personas mayores a dejar de gastar dinero en programas de entrenamiento cerebral en línea, aconsejó Butler.
“No hay nada que respalde ese tipo de gasto financiero para personas con recursos financieros limitados”, dijo. “Probablemente hay cosas mejores que puede hacer con su tiempo y recursos. Quizá simplemente sea más agradable pasar tiempo con la gente que frente a la computadora”.
Las personas deben tener cuidado de las supuestas “curas” o “preventivos” para el Alzheimer, advirtió la Dra. Gisele Wolf-Klein, directora de educación geriátrica en Northwell Health, en New Hyde Park, Nueva York.
“Ninguno de los medicamentos que se han observado hasta ahora han probado que reviertan o incluso ralenticen de forma significativa la degradación de la cognición”, dijo Wolf-Klein.
“Eso no significa que no podamos encontrar algo en el futuro”, añadió. “Pero hasta hoy mismo, ningún fármaco recetado ha logrado ralentizarlo u ofrecer protección cognitiva”.
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